"Las cerezas sabían mejor después de la temporada, cuando ella las sacaba de su congelador mágico y me las ofrecía entre sus dedos blancos y fríos".

Vanilla sueña

Duermen.

Bueno, los dos no, Vanilla está medio despierto. Pero sólo medio. Se da la vuelta despacito y estira el brazo un poco más. Y entonces lo roza. No abre los ojos, no porque no quiera. Es que, como todo el mundo sabe, si se está medio dormido, las pestañas se abrazan y no hay forma. Pasa los dedos con cuidado, y lo que toca está suave y caliente. No sabe qué es, pero sí que le resulta agradable y que le inspira un abrazo.

Y allá va, pobre Vanilla, todo decidido a darlo, y se encuentra con el vacío. Entonces se despierta del todo, porque la ausencia le asusta, y abre los ojos mucho mucho. Sivé, que estaba a su lado, le mira, y cuando sus ojos se encuentran, hay un poco de dolor en los de ella, y un poco de miedo en los de los dos.

- V, ¿qué haces?

- Me ha parecido tocar algo...

- Estabas soñando. Sólo eso.

La urgencia de sus palabras y de sus párpados al volver a sellarse zanja por completo el breve diálogo. Vanilla no contesta, pero algo le dice que Sivé no dormía, y que él no soñaba.

René Magritte

5 comentarios:

  1. tus letras encajan en el cuadro de magritte :) y la música es preciosa!! un abrazo de pestañas :)
    qué bueno que inspire un abrazo!!

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  2. Pero están juntos, así que no tienen de qué tener miedo. A las ausencias se las come uno a bocados.



    miau
    de
    naranja

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  3. porqué le mintió
    no estaba soñando

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  4. Por fin te he descubierto! Ya tenía ganas yo de saber verdaderamente de donde venían Vanilla y Sivé...
    Un abrazo, Carmen.
    Seguiré tus entradas, pero no se lo sigas a nadie, que es un secreto,shhh! :)
    P.d.:Escribes que da gusto, en serio.

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