"Las cerezas sabían mejor después de la temporada, cuando ella las sacaba de su congelador mágico y me las ofrecía entre sus dedos blancos y fríos".

Esferas de lluvia


- ¿Sabes cuáles son esas gotitas de lluvia que se quedan en las hojas cuando vuelve a salir el sol? Sí, las que brillan y parecen de mil colores aunque no sean de ninguno. Las nubes lloran todas las historias que ven desde allá arriba cuando están tan tristes que ya no pueden más. Bueno, a veces lloran de alegría, pero menos.

Vanilla asiente aunque no sabe muy bien a cuento de qué viene eso ahora, si él le ha preguntado de dónde sacó aquella historia que le contó ayer.

- Pues un día se me ocurrió guardarme una en el bolsillo para enseñártela al volver, y cuando quise sacarla no la encontré. Pero tenía el vestido un poquitín mojado, y las botas se me habían roto de correr tanto.

V pone caras raras cuando Sivé mira al cielo, que hoy está de un azul frío que se clava en los huesos. Ella dibuja algo con los dedos en el aire, pero lo hace demasiado deprisa y no le da tiempo a distinguir qué es.

- Fue el día que me comí todas aquellas galletas porque estaba apenada, ¿te acuerdas? Cuando acabé de zampar volví a salir, pero me llevé una cajita para que no me pasara lo mismo que antes. Escogí la gota más grande, la única lágrima de risa que cayó esa tarde, y la metí dentro. La había guardado para una ocasión especial.

- ¿Y ayer lo fue?

Sivé resopla, se enfada y patalea dos veces. Luego piensa que claro, tanto tiempo allí, se le tiene que haber olvidado eso también. Se le pasa y se sienta a su lado, casi tocándole. Casi.

- V, ayer fue tu cumpleaños. Ese era mi regalo. Es que no te enteras de nada...

2 comentarios:

  1. ¡Alaa! Yo me sé de una que también come galletas (maría) cuando está apenada.



    (besito de esquimal)

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  2. Que bunic. Yo quiero una gota de lluvia para guardarla en el congelador y tener siempre una historia en la recámara...

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