"Las cerezas sabían mejor después de la temporada, cuando ella las sacaba de su congelador mágico y me las ofrecía entre sus dedos blancos y fríos".

Sin embargo

Está tan cerca, que casi casi… Está tan cerca que casi casi la puede tocar. Y lo mismo de siempre. El mismo intentar y no llegar, el mismo estirar los dedos y agarrar el vacío. Sivé hace como que no se entera para que duela menos esa sustancia fría en las manos cuando las cierra y no ha conseguido ni siquiera rozarla. Él, en cambio.

Sivé mira la línea que está más allá del horizonte, esa que mira tantas veces cuando se pone triste. Pero es que Vanilla insiste cada día un poquito más y ella cada día tiene que mirar más lejos para no decirle ‘no’. Ha amanecido una de esas mañanas en las que no quiere decirle ‘no’, sino gritar una afirmación tan grande que la Lluvia no se atreva a tocar a la puerta en un montón de tiempo. O no pronunciar palabra, que es lo que va a hacer al final, de nuevo.

Así están, para no perder costumbres, sentados en el borde de cualquier precipicio, Sivé mirando al fondo huyendo lágrimas, Vanilla con la piel dolorida de tanto alargar en vano. Sivé evitando verdades, Vanilla buscando disculpas por ser tan pesado, por seguir queriendo estar tan cerca que casi. Ella diciendo 'no'. Él, sin embargo.

3 comentarios:

  1. Debería tacharle el no del diccionario, a ver qué pasaba entonces.


    sonrisita de parte
    de mi elefante

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  2. Me ha encantado. Yo también miro la línea del horizonte cuando estoy triste, sabes?
    Y también digo NOS aunque me gustaría pronunciar afirmaciones tan grandes como la Luna.

    Y me refugio en el silencio. Ese es mi caparazón y mi escondite...

    Lo dicho, me ha encantado y me ha tocado el corazoncito.

    Besos.

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  3. Y me halaga mil veces que alguien como tú,escribiendo cosas como estas, pueda llegar a decirme otras como aquellas que dijiste. Genia!

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