"Las cerezas sabían mejor después de la temporada, cuando ella las sacaba de su congelador mágico y me las ofrecía entre sus dedos blancos y fríos".

Devuélveme al calor


Abrázame.

Hace frío, me muero de frío y de soledad. Me ahoga el silencio negro que flota en el aire, que lo hace espeso e irrespirable. ¿Dónde estoy? Tal vez en el desierto de mi mente, en mí mismo me encuentro. Mas no lo reconozco, no puedo recordar nada entre tantas cosas. Esta no es mi vida, ¿es acaso la tuya? Quiero salir, necesito salir de aquí. La oscuridad me da miedo, y lágrimas heladas me cuartean la piel. Tengo que salir… Busco la puerta, eso es. Si estoy dentro, de algún modo habré llegado hasta aquí…


Nada. Oscuridad y frío, eso es todo. Y recuerdos falsos que no me corresponden. Ni siquiera hay paredes en las que apoyarme. Búscame, dame la mano y sácame de aquí, devuélveme a casa, al calor de un edredón compartido. Abrázame y susurra que sólo fue una pesadilla.

No puedo ver, tampoco oigo. Soy sordo y ciego. Intento gritar, pero alguien me ha robado la voz. Quiero secarme las lágrimas y no las siento en mis manos. Si al menos pudiese reconocer tu perfume en este ambiente denso y pesado… Pero no, no estás, o al menos no te encuentro. Me dejo caer. Mamá decía que cuando un niño se pierde, debe quedarse quieto, y alguien volverá a por él. No me muevo ni un ápice, contengo la respiración dificultosamente. Pero no funciona, nadie vuelve. ¿Dónde estoy, dónde estás? Tengo que salir, tienes que sacarme de aquí…

Debo seguir intentándolo, pero estoy tan cansado…La oscuridad me arropa con su abrazo de hielo y yo me dejo acunar, rendido ante tu ausencia.






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