Mira desde abajo y le fascina.
Pero acto seguido, se convence de que sería mucho más fascinante mirar desde arriba, dejando el vértigo en el suelo y las ganas esperando, sólo un segundo, en el balcón más alto.
Invertir la escena, eso es.
¿Por qué la lluvia no puede mojarte el pelo, Sivé?
oooh fetichista balconil! invítame el día que tengas uno así :P
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